PROFUNDIDADES

Viajar a tus zonas más profundas puede proporcionar cierto pánico.

Transitar la oscuridad, el silencio, el vacío.

Ese armario, ahora entreabierto, que cerraste con llave.

Aquella habitación con las cortinas corridas, sin luz, ni casi vida y que hoy percibe su penumbra.

Envuelta casi en negro, flotando en el espacio, a la deriva, y sin sentidos.

Existe cierta paz en ese no poder hacer absolutamente nada, excepto estar ahí.

Almudena del Mazo
soy@almudenadelmazo.com
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